Marketing Directo

El marketing directo es un estilo de publicidad que permite a las marcas, empresas y organizaciones sin fines de lucro comunicarse e interactuar directamente con los clientes, a través de diferentes medios de comunicación como los mensajes de texto, publicaciones en las redes sociales, correos electrónicos, páginas web, anuncios en línea, volantes, distribución de catálogos, cartas promocionales, televisión, anuncios en periódicos y revistas, vallas publicitarias, entre otros. El marketing directo se centra en la personalidad y esencia de la marca, dónde se debe definir el mensaje que se quiere transmitir al cliente.
En 1872, aarón Montgomery creó el primer catálogo de venta por correo para la venta del negocio. Con esto se inició la venta y comunicación directa con los clientes. En 1967, Lester Wunderman identifica, nombra y Define el término marketing directo. Wunderman es considerado como el padre de la comercialización y venta directa contemporánea, dado que él fue quien estuvo detrás de la creación de la línea gratuita 1-800 número, los programas de marketing de fidelización como el club de discos Columbia y la tarjeta de suscripción a la revista, y el programa de recompensas al cliente de American Express.
El marketing directo se puede aplicar en todo tipo de empresa, de todos los tamaños. Una campaña de publicidad directa tiene como finalidad rendir el presupuesto o inversión, mostrando todo el potencial de la marca a los clientes al transmitir de forma Clara y precisa el mensaje de la marca. Debe además tener a la vista del público objetivo la llamada a la acción, con el que se incentive la realización de una acción, por ejemplo, llamar a un número telefónico, mandar un correo electrónico, llenar un formulario, entre otros.

Beneficios del marketing directo
Ahorran tiempo a la hora de comunicarse y conseguir la respuesta del cliente y se forja una relación fuerte, consistente y constante sin la intervención de terceros.
Mejora la fidelización, dado que se establece una comunicación interactiva y amena. En esta parte es necesario ir más allá de sólo vender, es importante conocer e indagar las necesidades del cliente.
La respuesta obtenida por parte de los clientes se puede medir permitiendo establecer resultados cuantitativos y así evaluar la rentabilidad de la acción.
Como permite una comunicación directa con los clientes, es más fácil personalizar y conocer las características de los mismos, llegando a tener una conversación cara a cara con el cliente por los diferentes medios de comunicación.